Elizabeth Báthory, la condesa sangrienta, asesina o víctima del feudalismo medieval.

La mujer más temida de Hungría cuya leyenda la señala como la mayor asesina en serie de la historia, o, quizás, no, y simplemente fue, como apuntan algunos historiadores solo una persona psicológicamente enferma y víctima de una conspiración familiar, monárquica, de la nobleza e Iglesia católica que aprovecharon las circunstancias y la voz popular exagerando sus costumbres sádicas para atribuirle supuestos crímenes para anular el poder que ella tenía.

Por @jordicarreno

Imagen de la película La Condesa, largometraje sobre la vida de Erzsébet Báthory

Erzsébet Báthory de Ecsed, nació en Hungría el 7 de agosto de 1560 y falleció el 21 de agosto de 1614 en Nyírbátor en el Castillo de Čachtice (hoy Trenčín, Eslovaquia) en extrañas circunstancias después de permanecer cuatro años emparedada en su celda acusada de múltiples crímenes, concretamente, más de un centenar, aunque se le atribuyen popularmente al menos 650 muertes de jóvenes doncellas pubescentes. ¿Fue realmente Elizabeth Báthory una despiadada asesina en serie o simplemente una enferma sicópata víctima de una conjura medieval?

Erzsébet Báthory de Ecsed, nació en Hungría el 7 de agosto de 1560 y falleció el 21 de agosto de 1614 en Nyírbátor en el Castillo de Čachtice (hoy Trenčín, Eslovaquia) en extrañas circunstancias después de permanecer cuatro años emparedada en su celda acusada de múltiples crímenes, concretamente, más de un centenar, aunque se le atribuyen popularmente al menos 650 muertes de jóvenes doncellas pubescentes. ¿Fue realmente Elizabeth Báthory una despiadada asesina en serie o simplemente una enferma sicópata víctima de una conjura medieval?

Entorno social y cronológico:

Hablamos de la transición entre los períodos de la Alta Edad Media y la Edad Moderna, concretamente el período posterior a la Edad de Oro de Hungría que abarcaba la región magiar desde la sucesión de Zápolya: la toma de Buda de 1541 y la división de Hungría que hoy está distribuida en diferentes territorios de Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia haciendo frontera con el mapa de 1550 con el Imperio Otomano, Austria y Polonia donde los conflictos territoriales eran continuos así como las luchas con el Imperio Turco.

Mapa de la división de los tres territorios de Hungría de 1550

A partir de ahí nos referimos concretamente a la época de la división húngara en 1538 a través del acuerdo del Tratado de Gran Varadino a causa de la ocupación otomana, aunque fue realmente en 1541 cuando el país quedó dividido en tres partes: una central, la Hungría otomana, denominada Eyalato de Budin, la Hungría Real, al oeste de la región regida por los nobles locales y el emperador electo por estos. Fernando I de Habsburgo, como rey designado para expulsar a los turcos y recuperar y unificar el reino ocupado y una zona independiente y el Condado unificado posteriormente al Principado de Transilvania y que era el territorio de la familia Báthory, domino de la condesa Báthory y de su marido y primo, el príncipe Ferenc Nádasdy de Nádasd (coa la que la comprometieron a los 13 años de edad), el cual influyó en ella poderosamente en su proceder y que se hizo famoso por cómo combatió bravamente al turco durante el domino otomano y el surgimiento del Principado de Transilvania (1541-1571)

Pirámide social del Medievo

La influencia eclesiástica católica y protestante intentaban predominar en base al estatus del Antiguo Régimen donde las clases nobles y las propias Iglesias coronaban la pirámide social, más, todos los cambios sociales, económicos provocados por la aparición de la nueva clase, «la burguesía», asentada mayoritariamente en las grandes ciudades y que suponían una clase con mayor desarrollo del conocimiento y de crecimiento social, económico, cultural y militar, ya que poseían un mayor formación de oficios (médicos, artesanos, etc,) que ocupaban cargos administrativos y jurídicos, lo que suponía una pérdida del vasallaje por independencia económica aunque estaban supeditados al cumplimento de las leyes feudales y la menor ausencia de supersticiones que calaban entre el pueblo llano, pero, el miedo, la superstición, la brujería, el analfabetismo, y las dependencias económicas de la nobleza marcaban aun estos progresivos cambios intentando mantener sus tradiciones; y por ende, la supremacía de clases con todo lo que ellos suponía, incluidos los asesinatos y complots que el poder conllevaba.

El perfil de la Condesa:

A edad muy temprana, se habla de entre los 3 y 5 años se le diagnosticó la enfermedad de la epilepsia, conocida ya desde los escritos de Avicena, pero, que, en el Occidente medieval se consideraba como enfermedad lunática o del mal, designada así por San Mateo en las sagradas escrituras por lo que incluso fue definida por la Iglesia como un mal demoniaco.

Criada por sus abuelos maternos, primos también, con una educación de influencia parental con Vlad III de Valaquia (Vlad el Empalador o Drácula – hijo de Dracul o el Dragón de Valaquia) se le atribuyen cultos relacionados con la brujería y la sangre –nada que ver con el vampirismo inspirado y relatado por Bram Stoker en su novela con este personaje, sino más bien, con una cultura de violencia y sangre- además de que parece ser, sumaba cierto carácter de perfil sicopático adicionado por una obsesión desmesurada por la belleza, más concretamente con la suya, y con el mantenimiento de la juventud.

Además de su formación, que pese a su juventud fue avanzada y, a través de la sumisión continua y de las influencias esotéricas iniciadas por su tía Clara, las sadomasoquistas de su marido, junto a una educación familiar muy estricta fomentada en la violencia y la sangre (la brutalidad y maltrato como disciplina al personal y plebeyos que eran castigados violentamente por sus familiares, y de ella misma, con el maltrato a los animales y a casi todas las personas de su entorno), así como la falta total de amor y empatía, a la temprana edad de seis años ya la obligaron a presenciar en vivo su primera ejecución marcando así su carácter, pese a recibir una educación y formación elevada -fue una de las mujeres más ilustradas de su época-, de perfil violento, sádico y dictatorial.

Vlad III de Valaquia (Vlad el Empalador o Drácula supuesto antepasado de la Condesa

El relato mitológico e histórico de su vida.

Recién casada con el príncipe Nádasdy, ella a penas cumplidos los 15 años y él 19, se fueron a vivir a su castillo de Varannó donde el príncipe la inició en las relaciones sadomasoquistas. Según cuenta en su investigación Aleksandra Bartosiewicz, y así lo recoge también en su artículo de National Geographic Ronan O’ Conell, este le regaló unas garras con espinos con las que hacía sangrar a sus sirvientes y doncellas de las cuales, supuestamente hacía recoger la sangre, para usarla como tratamiento de belleza e incluso se dice que la usaba para bañarse en ella.

Además, el regalo de bienvenida de Nádasdy a su mujer fue una joven doncella a la que para disfrute de ambos este embadurnó de miel para después disponerle encima insectos y bichos que la medio devoraron, o al menos laceraron gravemente en su afán por libarla, mientras ellos disfrutaban de la contemplación del salvaje acto juntamente.

Las largas ausencias del príncipe, su marido, combatiendo al Imperio Otomano (por lo que fue conocido como el Caballero Negro de Hungría, por su fiereza a la hora de pelear y despiadada costumbre, de origen familiar, de empalar a todos sus prisioneros y enemigos) y, las compañías influyentes, sobre todo de su tía Clara, que la introdujo en el mundo del esoterismo, la brujería y posiblemente de las orgías así como de las artes amatorias sadomasoquistas más, la ayuda de su dama de confianza y cámara, una joven noble, definieron a la influenciable entonces condesa que, pese a su juventud se postulaba externamente como una mujer autoritaria y de fuerte personalidad y denotado carácter cruel que sin duda le proporcionó, dada su influencia, la fama y el respeto o miedo de la nobleza, incluida la monarquía, de la que fue precisamente su acreedora principal al prestarle al rey servicio financiándole con una gran fortuna además de aportar para combatir contra el ejército turco las fuerzas militares de su esposo.

Cuadro del Príncipe Nádasdy esposo de la Condesa conocido como EL Caballero negro

Sus diferencias con la Iglesia católica también quedaron más que patentes en esa época con sus enfrentamientos dialécticos, públicos y continuos y con las negativas a colaborar con esta, concretamente, con el Obispo representante de la misma que dependía del arzobispo de la ciudad de Estrigonia, además de hacer gala de su proximidad más al protestantismo que al catolicismo para mayor humillación.

Tras la muerte de su marido, la condesa trasladó su residencia al castillo de Čachtice en 1604, y allí es precisamente donde se inició su macabra historia o leyenda. Esta empezó cuando se deshizo del lazo familiar de su marido, concretamente de su suegra y familiares más directos de él poniendo en cautiverio a todas las doncellas al servicio de estos recibiendo los castigos que merecían, según los relatos epistolares de la propia condesa.

Todos estos sucesos dejaron a la condesa Elizabeth Báthory como la principal señora feudal del tercer territorio de Hungría y de Transilvania por lo que terminó metida de lleno en todas las intrigas y conspiraciones sociales, políticas y religiosas de la época, pero, con una más que evidente debilidad a causa de la falta de su marido y del apoyo por desarraigo y división con la familia de este, al no disponer ya de su propio ejército con el que hubiera pudiera proteger su territorio, influencia; y sobre todo, apoyar al rey en la defensa de las fronteras contra el Imperio turco siendo este su mayor deudor al haberle prestado una ingente cantidad de fondos.

En esa misma época, el apoyo económico a su primo Gábor I Báthory, convertido en el Príncipe de Transilvania y que inició una guerra contra los alemanes por razones políticas aun no muy bien definidas fue tomado como un acto de rebelión y traición familiar al rey Matías II de Hungría. Así pues. viuda y aislada quedó totalmente vulnerable ante todos sus poderosos enemigos.

Durante este período de tiempo, el difunto príncipe Nádasdy había dejado por escrito en diversos documentos y cartas información sobre cómo debía tratar y castigar la condesa a sus sirvientes, súbditos y lacayos, algo que era normal entre los nobles de la Europa del Este en esa época.

Las posesiones de la joven pareja de condes eran enormes, y, por tanto, codiciadas por otros nobles y familiares, así que necesitaban de un control exhaustivo sobre toda la población local, tanto de las clases inferiores como de también de las superiores y de todos sus recursos para gestionar sus ingresos y bienes y medir también su fuerza.

Los derechos de maltrato e incluso de posible muerte a las clases menos favorecidos, no solo eran practicas comunes, sino que no eran tan siquiera castigados, e incluso, estaban bien vistos y reconocidos legalmente como modo de controlar y disciplinar a la plebe si así lo consideraba el noble, no así, entre los iguales de condición pues esto consideraba una ofensa además de que atentaba contra el orden feudal establecido.

Cuadro representativo de la preparación de los baños de sangre de Elizabeth Báthory

La historia popular de la zona cuenta de las numerosas chicas desaparecidas por entonces, desapariciones que atribuidas a la condesa que, teóricamente se producían cuándo eran llevadas a los castillos de esta, y una vez allí, era donde supuestamente serían maltratadas y/o asesinadas, o cuanto menos vejadas y usadas para sus fines, bien de satisfacción masoquista o para sus experimentos esotéricos o tratamientos de belleza. Muchos de estos relatos fueron documentados por la propia condesa, alrededor de 80, que a la postre sirvieron como pruebas principales contra ella en su causa, aunque no se tiene constancia de que se relaten asesinatos si no de procesos de maltrato con causa de alguna muerte (recordemos la ley feudal).

La mitología o rumorología de los campesinos y algunos relatos de quienes servían a la condesa, junto a la declaración de un pastor protestante que la acusó ante la Corte de prácticas de brujería y magia negra y, de los asesinatos de muchas muchachas, que fueron encontradas en los bosques y alrededores de sus haciendas, más de 650 doncellas en total, de edades comprendidas entre los 10 a los 25 años, o sea, muchos de ellas vírgenes, siempre según la leyenda popular, iniciaron el proceso de investigación ordenado por el rey Matías II de Hungría que, aconsejado por sus valones y consejo, entre estos, la propia Iglesia, ordenó al conde palatino Jorge Thurzó, enemigo declarado de esta, llevar a cabo una investigación al respecto con la premisa de encontrar pruebas de su culpabilidad.

Este, aprovechando que la condesa adolecía de su ejército personal se personó con el suyo propio en el casillo tomándolo sin resistencia alguna y hallando en él, siempre según sus escritos, maquinaria y artilugios de tortura (como la llamada dama de oro, máquina de tortura similar a la usada por la Santa Inquisición), así cómo pruebas documentales en los relatos epistolares de la propia condesa y su marido, además, de obtener confesiones de sirvientes y habitantes de la zona (supuestamente coartados unos y otros influenciados por la cultura popular) y que fueron, entre otros muchos, los de su propio mayordomo, Juan Ujváry, conocido como Ficzkó que testificó que él mismo presenció al menos 37 asesinatos de mujeres solteras o doncellas; pruebas que fueron más que suficientes para acusar y encausar a la condesa.

Junto a Elizabeth Báthory se detuvieron a todos sus sirvientes y colaboradores, siendo acusadas de brujas sus acompañantes fieles, Dorotea, Helena y Pirosk a las que les quemaron y arrancaron con tenazas al rojo vivo los dedos de las manos por haber derramado sangre cristiana y, a la doncella personal de 14 años Katryna, que fue castigada con cien azotes gracias a la mediación de una noble. La única ejecutada por los hechos fue su ama de cámara como responsable de algunas muertes.

También se documenta, aunque solo por parte de la acusación. que se encontraron al menos un centenar de cadáveres de jóvenes y bebés amontonados en las mazmorras del castillo algunos mutilados o desangrados de los que dio fe el propio conde Thurzó.

En 1612 se inició el juicio en Bitcse, al que Elizabeth no se presentó ya que acogiéndose a su derecho nobiliario se negó a declarar tal y como disponían las leyes feudales relativas a toda crimen cometido por la nobleza que impedían que esta, o cualquier noble, fuesen juzgados como la plebe; y, como tampoco fue acusada de brujería, dado que de haber sido así, el rey hubiera sido el único beneficiario de todos sus bienes además de conmutarle la deuda, fue acusada única y popularmente por Thurzó y los nobles y familiares de supuestos crímenes o asesinatos contra la plebe, lo que les permitía en caso de ser considerada culpable poder disponer y repartirse por ley todos sus bienes y tierras por lo que fue finalmente acusada, arrestada, confinada y castigada s ser emparedada en sus aposentos hasta la llegada de su muerte.

Fue de este modo como ella acepto y firmó su sentencia el día 31 de julio de 1614 sin ser juzgada y el mismo día en que había dictado testamento y últimas voluntades ante dos sacerdotes del arzobispado de Esztergom ordenando como únicos beneficiarios de todos sus bienes a sus hijos (dos hijas y un hijo) con el fin de protegerlos a ellos y al patrimonio familiar. Contaba con 54 años edad.

Su muerte es aun un misterio, el día 21 de agosto del año 1614 fue hallada muerta en la celda en la que estaba emparedada por uno de sus carceleros cuando al abrir este el portalón la vio caída en el suelo boca abajo en un charco de sangre.

[Youtube=https://youtu.be/OJlwcStSs6o]

Imagen y Video basado en la película

https://youtu.be/Z_RFgwd8vz8]https://youtu.be/OJlwcStSs6o

Elizabeth Bathory, La CONDESA SANGRIENTA (Erzsébet Báthory) la Historia REAL | Estela Naïad– Clicar para ver video

Actualmente se desconoce el lugar exacto donde finalmente fue enterrada ya que se le negó el derecho de ser sepultada en lugar santo, la iglesia de Čachtice concretamente por voluntad popular al considerarla una aberración humana y «Señora Infame». Por lo que parece que sus hijos se la llevaron y enterraron en la cripta familiar de Báthory en el pueblo de Ecsed, en Hungría lugar de procedencia de su familia y desde donde tuvo que huir esta, posteriormente, al ser acusada de traición al rey huyendo a finalmente a Polonia.

Hoy en día, consta mucha documentación en los Archivos Nacionales de Hungría sobre ella y su familia, particularmente, toda aquella relacionada con su causa y juicios, así como de actas y cartas procesales y personales. Sin embargo, sus famosos diarios, al igual que su retrato original hoy todavía se hallan en paradero desconocido por lo que el contenido de su puño y letra es desconocido y solo consta este por las menciones en los documentos del proceso de acusación.

Así mismo, y en base a la historia y gran parte también de la leyenda – la que cuenta sus más de 650 supuestos asesinatos y víctimas, queda en las mismas que, todas ellas fueron asesinadas simplemente para poder satisfacer la obsesión por mantener su belleza y juventud siguiendo rituales de brujería como untarse o bañarse en sangre e incluso consumiéndola- Tanto es así que, se han instaurado rutas turísticas macabras o del terror que cuentan estas historias de asesinatos populares que abarcan desde la ciudad de Čachtice, en el oeste de Eslovaquia a 80 kilómetros al noreste de la capital, Bratislava, siguiendo la tétrica leyenda- hasta la ciudad húngara de Nyírbátor, ubicada a unos 273 kilómetros de Budapest donde se pueden visitar el Castillo y Museo de Cera de Báthory que exhibe las efigies de cera de la condesa y sus familiares o, también la ruta rumana en la región de Transilvania.

CONCLUSIONES:  

De entre las muchas teorías, una de las más aceptadas es la de la profesora adjunta del departamento de historia del Highline College del Estado de Washington, Rachael Bledsaw, que marca como causa principal de la caída de la condesa el haber extendido sus prácticas de abusos los de su misma clase-… Escribe así en su tesis: “»Matar a siervos y sirvientes, que de hecho tenían menos derechos, era una descortesía, pero no era realmente ilegal para un noble», pero «Matar a tus compañeros nobles, incluso a los de menor rango, era un problema mucho más grave, y no se podía ignorar».

La verdad es que una vez visto y analizado todo el contexto histórico y las pruebas documentales no quedan dudas de que la condesa fue una persona peligrosa y violenta, pero, la realidad es otra, ya que no se puede, porque no hay pruebas suficiente para que se le pueda atribuir, excepto por la leyenda popular,, el título de la mayor asesina en serie de la historia, entre otras, porque, tan siquiera fue juzgada, solo fue acusada y castigada a título popular y no legal como tampoco fue acusado y procesado su marido estando en la tumba. En cambio, sí, lo fueron cuatro de sus sirvientes que fueron procesados y condenados por la violencia ejercida contra las jóvenes en sus castillos y no por asesinato, y solo una, su dama fue ejecutada. La condesa, mientras tanto, permaneció encerrada 4 años en su celda hasta su extraña muerte.

Teniendo en cuenta las conspiraciones habituales de la época, las luchas de poder entre la nobleza y como no, la Iglesia que pretendían y ostentaban el máximo poder social. Así como, las circunstancias que envolvieron a la condesa, una joven influenciada en una educación violenta y de maltrato, un matrimonio siendo niña con un sadomasoquista, una viudedad en juventud teniendo que administrar poder y riquezas con un rey endeudado y deudor de una fortuna con la misma, una Iglesia católica que pretendía sus bienes y riquezas además de la supremacía sobre la iglesia protestante, las propias intrigas familiares y del nobleza, la debilidad de ella como mujer enferma física y mentalmente, abandonada a su suerte cuando fue víctima de una niñez y juventud traumática fomentada sobre la violencia y las mayores aberraciones sexuales en una sociedad feudal, no queda muy clara solo su culpabilidad sino que, si cometió algún asesinato, ya no los 650 imputados por la vox populi, sino alguna muerte causada por sus malas prácticas, aun así, la pregunta sería… ¿Fue real e históricamente Elizabeth Báthory una víctima de su condición o fue esta misma condición la que la hizo de ella una consumada sádica o asesina?

Sea como fuere, para la historia o la leyenda, Elizabeth Báthory es y será la Condesa Sangrienta y la mayor asesina femenina, al menos, hasta que aparezcan sus diarios y cartas.

Por Jordi Carreño @JordiCris

Fuentes documentales e imágenes: