Como Sabina viajé en sucios trenes que iban hacia el norte.

Esta es la historia de cuando todos éramos más jóvenes y los trenes eran animales mitológicos que simbolizaban la huida, la fuga, la vida y la libertad…

Sabina llegas tarde a la estación de la conclusión… «Ahora ya no soy tanto de izquierdas porque tengo ojos y oídos para ver las cosas que están pasando» no hace más que reforzar mi posición y pensamiento, las derechas no tienen sentido y las izquierdas son un sinsentido.

Cualquier alineamiento a una ideología o dogma es la incapacitación de la libertad individual a través del pensamiento único que descarta todo lo bueno de lo diferente y asume todo lo malo de la filiación, cuando lo óptimo y de sentido común es picar de las dos mesas todo lo bueno que tienen y conciliarlas en la medida de lo posible.

Sabina llega tarde a lo que muchos declarados progresistas como yo concluimos hace mucho tiempo y es que, las ideologías de izquierda son el fracaso más absoluto y romántico del ser humano como demuestra la historia de este. Ideas, conceptos y preceptos de los pensadores del sigo XIX creados durante las caídas de los Imperialismos y la I Revolución Industrial basándose en la utópica idea del poder «del y para el pueblo» para alcanzar una supuesta igualdad social y mejora de las clases menos favorecidas que por desgracia, sistema a sistema, han demostrado ser un fracaso inoperante.

La cuna del Halicarnaso EL IMPERIALISMO (1886-1914) | Cuando Europa conquistó el mundo

Y han sido un fracaso por muchos motivos, pero principalmente apuntaré a tres, la propia esencia humana, el error de buscar igualdad en vez de equidad y la más que patente, la desigualdad de la distribución de la riqueza.

La esencia humana no permite la implantación de sistemas solidarios fomentados en las buenas intenciones y honorabilidad del ser pues la avaricia, egoísmo, envidia, corrupción y el mal forman parte de los fundamentos de la humanidad y estos están muy arraigados en el ADN de la propia especie, por tanto, si todos no somos buenos. honestos, solidarios y fraternos jugamos a posicionar a los más fuertes y menos nobles sobre los débiles y más escrupulosos y es así como vencen siempre los primeros porque para ellos cualquier fin justifica sus medios.

La igualdad es una utopía, no podemos ser iguales porque ninguno lo somos, tan siquiera los hombres y las mujeres donde nuestras diferencias son más que notables y evidentes, física y cognitivamente; por tanto, se parte de un grave error intentando que todos seamos iguales. No es lo mismo ser iguales que ser equitativamente iguales. La diferencia entre la igualdad y la equidad estriba y consiste en tratar a todas las personas por igual, del mismo modo teniendo en cuenta todas las circunstancias personales y las características personales para establecer acciones concretas que subsanen y compensen las desventajas para que todos puedan partir de una posición lo más beneficiosa e igualitaria posible para tener opción a las mismas oportunidades y estar amparados por derechos que así lo garanticen pero que no impongan la igualdad pues desde ese momento se crean nuevas diferencias. Ejemplo: Se pueden igualar categorías y salarios de base, pero no los salarios por el rendimiento. ¿Sería justo que dos personas -no hablo de sexos- desempeñando la misma categoría, función y con rendimientos dispares, uno al alza y el otro a la baja ganen lo mismo? Sería igualitario, ¿pero eso sería justo?

La desigualdad de la riqueza implica algo más que el 1% de la población mundial posea el 99% de esta mientras al revés, el 99% nos repartimos las migajas del 1% restante, lo supone que, los recursos por continentes, países y regiones están explotados desequilibradamente, canibalizadas por una minoría y por ende, con el control de esta además de los recursos. la distribución de los mismos cubriendo casi todos los órganos privados y públicos de influencia, gestión, control e incluida la de legislación y jurídica. Las cargas fiscales se sostienen además por parte del 99% que posee el 1% y no al revés.

Hay muchas más circunstancias, pero, lo que es seguro, es que las políticas de izquierdas solo producen Estados «subvencionalistas» y de baja productividad y competitividad con un fuerte componente de deuda pública que suele terminar por la devaluación de sus monedas aumentando la franja de pobreza con estratos sociales mayoritarios de clase media baja, obrera, agrícola o ganadera con umbrales de pobreza y por tanto con falta de bienestar mientras las clases dirigentes viven el oxímoron entre lo que predican y hacen disfrutando de los recursos y prebendas. Es una realidad empíricamente demostrada por la historia así que ya huyo debates estériles y de estos sistemas que terminan por ser impositivos y de perdida de libertades por el bien común.

Superar el comunismo implica elaborar su historia- Fotografía Fuente: https://conversacionsobrehistoria.info/

La mejor opción siempre está en el sentido común, y este manda que se pueden combinar sistemas capitales con sociales. porque ya hay modelos de éxito como el nórdico o viceversa y se puede fomentar las economías con mayor participación y beneficio social, pero para ello, hacen falta dos pautas, una, la de entender que ambos sistemas por sí solos están destinados al fracaso, caducos y no funcionan y por eso hay que ir a moldeos de economías más circulares y sostenibles. Dos, los nuevos modelos deben ser más solidarios con todos los ciclos combinando los sectores privado y público con el objeto de generar no solo bienestar social, equidad entre las personas y mayor igualdad sino pervivencia de todo el sistema y recursos naturales; y por tanto., eso solo es posible creando un sistema empresarial que esté incentivado a la generación de empleo con mejores condiciones a cambio de beneficios de tipo fiscal, económicos y sociales creando una cultura productiva de competitividad participativa y con una clase política dedicada al servicio público y bien común para romper las barreras ideológicas en pos de la nueva voluntad política donde predomina el interés público. No hay otra, y solo es cuestión de voluntad política y no de ideologías por pura necesidad y supervenía de la especie y su entorno.

Víctor Manuel decía que no estaba de acuerdo con Sabina y que no toda la izquierda se puede meter en el mismo saco, está claro, más si te lo dice un comunista declarado que viste de Armani. Me entienden, ¿no? Hay que predicar con el ejemplo. Es hora de aceptar que a todos nos gusta vivir mejor de lo que vivimos y con esa premisa buscar las cotas más altas de calidad de vida en conciliación con nuestra planeta. No todo el mundo podrá comer jamón ibérico 5 J pero con que todo el mundo pueda comer ya habremos avanzado y sí conseguimos poner jamón en la mayoría de mesas será verdad de que habremos hecho algo más que protocolos, reuniones y objetivos incumplibles por falta de acción y voluntad.

Fotografía, fuente: Europa Press

Estamos cada vez más ante modelos impositivos que poco tienen que ver con el de las libertades y la democracia y menos con las cartas y declaraciones universales del ser humano. Estamos lejos de cómo empezamos a disfrutar de la libertad y débil democracia allá por los años ochenta donde todo se podía y se hacía y, dónde sobre todo se podía decir entendiendo los contextos y no coartando porque la «Libertad de Expresión» fue uno de los grandes logros y no como ahora donde los discursos, por desgracia, están supeditados a los filtros demagógicos de las pieles finas que ponen todo en la misma balanza porque todo es igual y nada es equitativo, y hoy ya no es así por desgracia.

Vamos involucionando hacia las deslibertades bajo el palio del poder del pueblo y la falsa igualdad evitando la justa equidad. Pues yo les digo a todos ellos que, ¡Y una mierda! Conmigo que no cuenten para empobrecer más las sociedades, adoctrinar pensamientos y prostituir lenguajes en nombre de los pensamientos únicos. Repito, ¡Y una mierda!. Yo todavía recuerdo cuando «Mañana era nunca y nunca llegaba pasado mañana»

Estoy contigo poeta de Úbeda, vicios y carretera en que ¡Malditos sean! Aquellos que con nobles principios nos llevaron a nuevos precipicios por hacer lo mismo que los otros pero de otra manera. ¡Malditos sean!

«Los que se mojan poco cuando llueve
Los que sonríen en las fotografías
Los que progresan porque no se mueven
Los de la escandalosa mayoría
Malditos sean, malditos sean
«

Por @jordicarreno @JordiCris

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